Esto no es ninguna novedad, es realmente un castigo vivir en verano en una ciudad balnearia. Ayer sábado tuvimos la intención de ir al cine....de los tres grandes cines con que cuenta la ciudad, los resultados fueron los siguientes:
- en uno media cuadra de cola y para variar en la vereda, es decir que no sólo debíamos esperar, sino además luchar contra quienes iban y venían (muy apurados) por la vereda, porque tenían que pasar por "ESA vereda".
- en otro ya estaban directamente todas las funciones agotadas (no fuimos muy precavidos)
- y en el último cine teníamos la opción de acceder a la "comodidad de la segunda fila", esto nos ponía ante el dilema de elegir entre: ver una película (no la que queríamos, sino de la que había entrada) o salvarnos del problema de pasar todo el resto del fin de semana contracturados.
Ante esta situación nos dispusimos a abandonar el cine (dejarlo para un día de semana) e ir a cenar. El escenario volvió a repetirse, lugares abarrotados de gente, y personas esperando en la vereda.
A esto hay que sumarle las filas en los cajeros, en el correo, los colectivos donde la gente viaja no sólo como sardinas sino además en muy malas condiciones.
Y por supuesto la infaltable peatonal veraniega donde directamente no se pueden caminar dos pasos seguidos sin chocarse con alguien. Y además cruzarla a lo ancho es casi kamikaze porque la gente camina como si se tratara de una autopista con todos los semáforos en verde.
Tampoco nos olvidaremos de los turistas peatones que cruzan las avenidas como una manada de ovejas y continúan cruzando aun cuando el semáforo peatonal cambia a rojo. Originando de esta forma la ira de los turistas automovilistas (también apurados) que empiezan a tocar bocina.
En fin....¡Qué lindas son las vacaciones! ¿Alguien tiene alguna duda?
